Eloy Moreno nos ofrece en este libro una historia interesantísima acerca del acoso escolar. Los primeros capítulos presentan la perspectiva de diferentes personajes implicados en la historia, a modo de puzzle, es decir, como si fueran una serie de piezas sueltas. Así se nos entrega el punto de vista de la víctima, acosador, profesora y amigos del protagonista. En torno a la décima secuencia (aproximadamente) la historia ya es lineal, sin complicaciones, de modo que ya vamos encajando en el relato lo leído en las páginas iniciales.
La novela comienza con su protagonista en el hospital, y a partir de aquí, en forma de flash-back, se nos explica cómo acaba allí. El resultado es una historia estremecedora y espeluznantemente realista, que lleva a preguntarnos qué clase de sociedad estamos construyendo, qué clase de monstruos estamos creando. A pesar de todo, la historia del chico invisible, del chico avispa, es una historia de esperanza, y aunque no lo parezca, de amor y de amistad. De ahí la dedicatoria del final del libro:
"Esta novela va dedicada a todas esas personas que, independientemente de su edad, se han sentido alguna vez invisibles.
Para vosotros, para nosotros.
Para que nunca nunca nunca dejéis de buscar vuestra Luna.
Ni vuestro dragón."
Para descubrir el significado de esta dedicatoria tendréis que leer el libro. Os va a encantar.
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