Esta estupenda historia se centra en un mundo que recuerda al de la antigua Roma. Hay un gran imperio que domina, e incluso esclaviza, a aquellos a los que conquista. La historia se cuenta desde dos focos narrativos en primera persona: Laia y Elias.
Laia es una chica de 17 años que ha perdido a sus padres y a su hermana cuando era joven porque los marciales los asesinaron. Ahora vive con sus abuelos y su hermano, Darin, a quien los marciales detienen al inicio de la historia. Por eso Laia se suma a la Resistencia a cambio de que esta lo rescate de la prisión en la que se encuentra. Laia se acaba infiltrando en la Academia Militar (Risco Negro) para espiar a la comandante. Y allí conoce a Elias.
Elias es un "máscara", un soldado de élite del Imperio marcial. Pero Elias no ve con buenos ojos la crueldad extrema del Imperio. Inicialmente, pretendía fugarse de la academia para poder ser él mismo en una de las tierras libres. Pero tras hablar con Cain, un augur (inmortal que posee el don de la clarividencia y de la telepatía), al final decide quedarse. Y es entonces cuando conoce a Laia.
Tanto Laia como Elias son personajes muy interesantes y están muy bien dibujados, así como los demás personajes del libro: la cocinera, Izzy, la comandante, el herrero, Keenan, Mazen, Marcus, Zack, todos los amigos de Elias... y entre todos entretejen una historia llena de traiciones y de intrigas, de luchas por el poder entre los propios dominantes, de los oprimidos frente a los opresores, y sobre todo la lucha en la propia conciencia.
Y en este sentido lo que resulta interesante es la pregunta que subyace en muchas de las acciones de los personajes: ¿el fin justifica los medios? ¿está bien sacrificar a unos pocos por el bien de muchos?... Estos y otros interrogantes surgen a medida que se avanza en la lectura, por lo demás amena y muy entretenida.
Así que sí, recomiendo un buen sofá y este libro para pasar un rato más que agradable.
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