sábado, 10 de febrero de 2018

Tinta y fuego de Kathy MacMillan

Esta novela abre una nueva trilogía distópica que parte de una idea interesantísima: en el reino de Qilara sólo se tiene permitido leer a los nobles y a las tutoras que se encargarán del aprendizaje del futuro rey. En Qilara aprender a leer supone una inexorable condena a muerte. 
Raisa, su protagonista, es una esclava que no puede tener lo que más desea: el amor de Mati (futuro rey de Qilara), aprender a leer para desentrañar el último mensaje que le dejó su padre antes de que lo mataran, ser libre, y ayudar a su pueblo. Así, cuando la Resistencia se pone en contacto con ella, Raisa se siente entre la espada y la pared: quiere colaborar con los suyos pero sin traicionar a Mati, lo cual es imposible.
De este modo, la historia transcurre entre un juego de traiciones y lealtades, intrigas, asesinatos... y sobre todo, mucho romance, por la historia entre Raisa y Mati.
 Un aspecto que defrauda del libro es que partía de una idea muy buena: la prohibición de aprender a leer a la población. Y con el desarrollo de la historia se quedó muy pobre. En la obra no se alude en absoluto al hecho de que mantener a la sociedad analfabeta contribuya a manipularla, a crear fanáticos, por ejemplo. De hecho, la población de Qilara, en general, está totalmente feliz por no saber - ni poder - leer ni escribir, a excepción de los esclavos. Estos sí quieren acceder a la escritura y a la lectura como un derecho que les fue arrebatado cuando fueron tomados como botines de guerra en su país de origen. Y, en el caso de la protagonista, sólo quiere aprender para comprender el "almaverso" que le escribió su padre, y no tiene ningún interés en leer ninguno de los manuscritos a los que después tiene acceso en la Biblioteca. Tampoco hay comentarios por parte de los demás esclavos de lo importante que es saber leer y escribir; se ve más como una manifestación de rebelión contra el opresor, que como algo elemental para el ser humano para poder ser libre de verdad.
Con todo, creo que es un libro que puede gustar a los lectores juveniles: contiene algunos elementos que han hecho triunfar a otros libros (romance, intriga, aventura) y es de lectura fácil y rápida, para pasar un par de tardes entretenidos. Y una lectura muy apropiada para este San Valentín que se acerca.

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