miércoles, 3 de agosto de 2016

Lo último de Kerstin Gier


Ya está en las librerías la última trilogía de Kerstin Gier: Silber (El primer libro de los sueños, El segundo libro de los sueños, El tercer libro de los sueños). Si te gustó Rubí, Zafiro y Esmeralda, esta nueva colección no te la puedes perder. Es una historia fresca, divertida, original, envolvente que contiene acción, intriga, misterio, amor... todo ello aderezado del sentido del humor de Liv y su hermana Mia.
Liv Silber es una chica de 16 años que hasta su llegada a Londres no había echado raíces en ningún sitio por el trabajo de sus padres. Y tiene un don: puede pasearse por el mundo de los sueños. Cuando llega a Londres y llega a su nueva escuela, descubrirá que no es la única que puede penetrar en ese singular laberinto lleno de puertas. A partir de aquí que vuele la imaginación. 
Eso sí, si queréis entrar en ese pasillo onírico no podéis perder de vista "El reglamento de los sueños" que la misma autora nos deja como apéndice en el segundo de los libros:
  1. Necesitas un objeto personal de aquel a quien quieras visitar. Cuando te vayas a dormir, debes llevarlo en alguna parte del cuerpo. (Por eso es mejor llevar un objeto pequeño. Es decir, no la bicicleta o algo así, de lo contrario no habrá hueco en la cama. Y será incómodo).
  2. En el sueño, debes buscar tu puerta de los sueños personal, sólo tú sabes qué aspecto tiene. Es un poco complicado, pues solo cuando logras tocar esa puerta en el sueño sabes que, en realidad, estás soñando. Ese estado se denomina "sueño lúcido" o también "sueño claro".
  3. Ahora depende de ti: ¿te atreves a cruzar la puerta? Entonces, llegas al pasillo en el que desembocan todas las puertas de los sueños de todas las personas del mudno. Dispone de pasillos infinitos y bifurcaciones, ten cuidado de no perderte. (¡Y fíjate bien en el aspecto de tu puerta!).
  4. Ahora tienes que encontrar la puerta de aquel a quien quieras visitar. Aunque las puertas de los sueños cambian de ubicación a menudo, las puertas de las personas nos resultan cercanas se encuentran en su mayoría cerca de nuestra propia puerta. Y la mayoría de las veces reflejan el auténtico carácter de su dueño, ahora se demuestra lo bien que de verdad conoces a tus amigos.
  5. Cuando has encontrado la puerta correcta, a veces aún debes superar un obstáculo. El subconsciente de muchas personas tiene la necesidad de proteger la puerta frente a intrusos. Pero si conoces bien a la persona, es probable que superase el umbral con facilidad. Otra cosa es cuando el soñador protege conscientemente su puerta, algo que por cierto también te recomendaría cuando ya estés allí. Por desgracia, nunca se sabe quién más deambula por este pasillo, y seguro que no quieres tener visitantes no invitados en tus sueños, ¿verdad?.
  6. En los sueños de los demás, puedes adoptar la forma deseada al igual que en los tuyos propios. Si eres especialmente bueno, también puedes hacerte del todo invisible. Pero también puedes entrar como  tú mismo y hacer todas las cosas que tú no te atreverías a hacer durante el día. Por lo general, los demás no sabrán de este sueño al despertar; solo recordamos una minúscula parte de nuestros sueños. Atención: si la otra persona se despierta mientras tú estás en su sueño, será incómodo. Resulta que el sueño se desmorona y tú caes en una especie de agujero negro sin aire hasta que tú mismo te despiertas.
  7. Como es natural no es especialmente agradable espiar a alguien en secreto en los sueños, es mejor quedar en el pasillo y decidir entonces a qué sueño vais. Lo mejor es que en sueños podéis viajar por todas partes, a cualquier lugar del planeta, sí, incluso podéis imaginaros sitios que aún no existen. Y podéis hacer simplemente de todo.
  8. ¿Que te diviertas? Pero no exageres: dormir durante un sueño lúcido por desgracia no sirve para reposar y, si se hace durante toda la noche, puede pasar que te quedes dormido en el colegio y babees sobre el libro de matemáticas, y eso no lo quiere nadie.
  9. ---   ---    --- 
Kerstin Gier
La última regla la tendréis que descubrir vosotros.

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