sábado, 23 de julio de 2016

Mecano y Lorca

¿Qué tendrá que ver Mecano, el grupo musical de los 80 y 90 más exitoso de la España de entonces, con el poeta de la generación del 27 Federico García Lorca? En principio, nada. Pero comparad la canción Hijo de la Luna del trío con muchas de las composiciones que Lorca escribe en su Romancero Gitano. Escuchad esta canción y leed su letra y el Romance de la Luna del poeta granadino, y os daréis cuenta de que la temática y algunos de los elementos característicos de este romancero coinciden: lo poético, lo tráxico, lo simbólico, el folclore... se funden, creando un universo gitano mágico y sobrecogedor.





 Hijo de la Luna
Tonto el que no entienda
cuenta una leyenda
que una hembra gitana
conjuró a la luna
hasta el amanecer.
Llorando pedía
al llegar el día
desposar un calé.
Tendrás a tu hombre,
piel morena,
- desde el cielo habló
la luna llena -
pero a cambio quiero
el hijo primero
que le engendres a él,
que a quien su hijo inmola
para no estar sola
poco le iba a querer.

Estribillo
Luna quiere ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer
Dime, luna de plata,
¿qué pretendes hacer
con un niño de piel?
Ah, hijo de la luna.

De padre canela
nació un niño,
blanco como el lomo
de un armiño,
con los ojos grises,
en vez de aceituna,
niño albino de luna.
Maldita tu estampa,
este hijo es de un payo
y yo no me lo callo.

Estribillo
Gitano al creerse deshonrado
cogió a su mujer cuchillo en mano,
- ¿De quién es el niño?
Me has engañao fijo.
Y de muerte la hirió.
Luego se hizo al monte,
con el niño en brazos,
y allí lo abandonó.

Estribillo

Y las noches que haya luna llena
será porque el niño esté de buenas,
y si el niño llora
menguará la luna
para hacerle una cuna.
Y si el niño llora
menguará la luna
para hacerle una cuna.
El romance de la luna

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna,
si vinieran los gitanos
harían de tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya!
¡Ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

Federico García Lorca

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