martes, 16 de octubre de 2018

Mecano y la mitología


El célebre grupo musical de los 80 Mecano parece haberse inspirado en la mitología greco-romana cuando compuso uno de sus éxitos musicales: "Naturaleza muerta". La canción puede ser tomada como una leyenda popular, pero lo cierto es que podríamos identificar perfectamente al mar como Neptuno o Poseidón, y tendríamos un mito con ecos de la historia de Polifemo y Galatea. En pocas palabras, Polifemo (un cíclope hijo de Poseidón) estaba enamorado de Galatea, pero el corazón de esta joven bellísima pertenecía a Acis. Polifemo, enfurecido y loco de celos, acaba por matar a Acis lanzándole una roca. Galatea acude a los dioses para que se compadezcan del infortunado Acis, y estos lo acaban transformando en un río.
La letra de la canción de Mecano nos presenta a una pareja de enamorados, Ana y Miguel, que comienzan su historia amándose al amanecer, teniendo únicamente al mar como testigo de su pasión. Pero el mar está profundamente enamorado de Ana, y furioso con Miguel, lo arrastra a los fondos marinos cuando este sale a pescar con su barca. El dolor de Ana es tal que se acaba convirtiendo en una roca que aguarda eternamente junto al mar el regreso de su amado.

Mientras escucháis la canción, también podéis leer la letra:

No ha salido el sol
y Ana y Miguel
ya prenden llama.
Ella sobre él
hombre y mujer
deshacen la cama.

Y el mar que está loco por Ana
prefiere no mirar
los celos no perdonan
ni al agua, ni a las algas ni a la sal.

Al amanecer
ya está Miguel
sobre su barca.
- Dame un beso, amor
y espera quieta
junto a la playa.

Y el mar murmura en su lenguaje
"¡Maldito pescador!,
despídete de ella.
No quiero compartir su corazón".

Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.

Dicen en la aldea que esa roca
blanca es Ana.
Cubierta de sal y de coral
espera en la playa.

No esperes más, niña de piedra,
Miguel no va a volver.
El mar lo tiene preso
por no querer cederle una mujer.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.

Incluso hay gente que asegura
que cuando hay tempestad
las olas las provoca
Miguel luchando a muerte contra el mar.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie.
Y llorar, y llorar sobre el mar.

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