El guardián entre el centeno es uno de los ejemplos más representativos de lo que hoy se conoce como realismo sucio norteamericano, una corriente estética que triunfó en EEUU después de la II Guerra Mundial. Esta corriente se caracteriza, entre otras cosas, por dar cabida en sus obras a aspectos desagradables, groseros... de la realidad. Desde luego, Holden Caulfield y El guardián entre el centeno encajan dentro de este molde perfectamente: su protagonista es un adolescente inadaptado que no entiende ni comprende el mundo en el que vive; de ahí sus malas notas, y de ahí su expulsión del centro escolar. Sin embargo, Holden decide que no va a esperar al día de la expulsión y se fuga del colegio tres días antes de que se haga efectiva su sanción. Ahí empieza su deambular nocturno, hasta cierto punto decadente, por la ciudad de Nueva York. No vamos a entrar en más detalles. Simplemente os diré que es un libro que ya se ha convertido en un clásico, hasta el punto de que es una lectura obligatoria en la mayoría de los institutos de EEUU.
Las alumnas de 1º Bachillerato de Literatura Universal han seleccionado algunas de las citas más famosas de esta novela:
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