Este es uno de los primeros libros de literatura juvenil que había leído y que me había gustado mucho. De carácter realista, es una historia con la que se pretende poner al lector en guardia contra las sectas, cuyos líderes no son más que tipos depravados que se aprovechan de personas depresivas, débiles, o que atraviesan algún trance en su vida para machacarlos psicológicamente y, de paso, quitarles su dinero.
Todo ello aparece perfectamente dibujado en el libro. Celine, su protagonista, es guapa y saca buenas notas, pero se siente desgraciada, y cree hallar en Almas Vivas el afecto que le falta y las respuestas a las preguntas que le torturan. Keizar, un antiguo comisario de policía, sospecha que Almas Vivas es una secta destructiva, y por eso infiltra en ella a tres jóvenes que desarrollan una magnífica investigación policial que destapa la verdadera personalidad de Willem de Vrie, el "profeta" de Almas Vivas.
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