sábado, 20 de febrero de 2016

Un pequeño homenaje para Harper Lee y Umberto Eco

El día 19 de febreiro de 2016 se convirtió en una fecha que será tristemente recordada:  Harper Lee y Umberto Eco fallecen, en Alabama y Milán, respectivamente. 

Harper Lee es la autora de su inolvidable Matar a un ruiseñor, una novela con la que hizo un alegato por la igualdad y la justicia. Ambientada en la época de la Gran Depresión en un Sur muy racista, narra la defensa que Atticus Finch - un respetado hombre en su comunidad y modelo de rectitud - hace de un hombre afroamericano acusado falsamente de la violación de una mujer blanca. Esta defensa le va a crear un sinfín de problemas al protagonista con sus veciños racistas. Hay otras tramas paralelas con las que plantea diferentes conflictos que pueden surgir en la convivencia de la gente de una comunidad sureña: el enfrentamiento entre ricos y pobres, blancos y negros... Como contrapunto a todos ellos, se alza la integridad de Finch, que defiende lo que cree justo. Esta obra se convirtió en seguida en un clásico de la literatura americana, de hecho es una lectura obligada en los institutos estadounidenses. Fue llevada al cine con el mismo título, una versión magnífica de la novela, hasta el punto de que consiguió varias nominacións a los Oscar. 

Autor del Péndulo de Foucault, La isla del día de antes, Baudolino, La misteriosa llama de la reina Loana, El cementerio de Praga y Número Cero, así como muchísimos e importantísimos ensayos, Umberto Eco dejó una huella indeleble en la historia de la literatura universal por su maravillosa novela El nombre de la rosa. Con este relato Umberto Eco demostró que el mito de que todos los best-sellers son malos es falso. Casi casi en el mismo instante de su publicación, El nombre de la rosa se convirtió en un clásico, y tiene además el mérito, no sólo de entretener y deslumbrar a los amantes de la lectura, sino que es una obra capaz de crear nuevos lectores. Es una novela histórica llena de intriga y misterio, en la que Eco hace una sorprendente y fantástica reinterpretación de los célebres Sherlock y Watson en las figuras de los religiosos Guillermo de Baskerville (el nombre del protagonista es otro guiño evidente a la obra de A. Conan Doyle) y su aprendiz Adso. 


Estos dos escritores fueron fieles defensores de la libertad, de la tolerancia y el respeto. Matar a un ruiseñor y El nombre de la rosa son obras que critican y atacan dos caras diferentes del fanatismo y la intolerancia. Nos abandonaron, pero nos dejaron como legado su obra. En respuesta, sólo podemos devolverles nuestra tristeza por su marcha, y nuestro reconocimiento eterno e infinito agradecemiento.

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